Radiofrecuencia Facial

La radiofrecuencia facial tiene como objetivo principal estimular la producción de colágeno, ya que a partir de los 25 años el organismo ralentiza la formación del mismo, como consecuencia de su uso, la piel se vuelve más flexible y resistente al mismo tiempo que previene los efectos del paso del tiempo retrasando la aparición de las arrugas y disminuyendo la apariencia de las arrugas de expresión y evitando la tan temida flacidez.

Todo esto se consigue manteniendo el tejido, en torno a los 40º centígrados.

Otra de las indicaciones de la radiofrecuencia es trabajar las cicatrices, haciéndolas casi invisibles si se trabajan a tiempo.

La radiofrecuencia tiene muy pocas contraindicaciones, no se puede usar en personas con marcapasos, no se recomienda en personas embarazadas, ni con tratamientos oncológicos, ni en heridas.

Es un tratamiento no invasivo, la frecuencia de su uso dependerá del caso en concreto, siendo lo más habitual recomendarla una vez al mes.

En nuestro centro trabajamos la radiofrecuencia con dos casos distintos, uno de ellos trabaja de forma monopolar, capacitivo y resistiva de forma individual, el electrodo capacitivo lo usamos cuando queremos trabajar los tejidos más superficiales y ricos en aguas, estando especialmente recomendado para la zona de la papada, ayudando a la conservación del óvalo facial y está especialmente indicada para trabajar cicatrices.

El otro equipo nos permite trabajar de forma bipolar, es decir capacitivo y resistivo al mismo tiempo, con una capacidad de estimulación muy profunda, trabajando tres niveles distintos de dermis, siendo sus efectos más duraderos en el tiempo.

Esta radiofrecuencia es conveniente hacer cinco sesiones, una sesión cada 3 semanas, y una sexta a los dos meses de la finalización de la última.

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