Toxina Botulínica

La toxina botulínica es una proteína que detiene las contracciones musculares. Se inyecta directamente en el músculo y se usa como medicamento en el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas, o como producto cosmético para el tratamiento de arrugas faciales, burxismo, o hiperhidrosis (sudoración excesiva).

Su principal uso en la medicina estética es la corrección de las arrugas faciales del tercio superior, patas de gallo, frente y entrecejo.

El tratamiento de las arrugas del tercio superior con la toxina botulínica tiene una duración de entre 4 meses y 6 meses. Teniendo en cuenta que su pérdida de efecto es gradual, se comienza a tener cierta movilidad a partir del tercer mes en las zonas donde el músculo es más fuerte, a veces tiene un efecto acumulativo y su efecto perdura más en el tiempo.

El efecto de la toxina botulínica es espectacular, dejando la piel con un aspecto terso, hidratado y luminoso, se aconseja comenzar a inyectarse toxina, en el momento que el movimiento en la zona comienza a dejar sus huellas.

Hiperhidrosis

La hiperhidrosis es una afección que se caracteriza por un exceso de sudoración de manera impredecible. La sudoración excesiva se produce sin que se presenten desencadenantes. Las personas con hiperhidrosis tienen glándulas sudoríparas muy activas, esa sudoración excesiva puede llevar a sufrir molestias tanto físicas como emocionales, incluso se puede adoptar pautas de comportamiento como la evitación de contacto físico, limitación de movimiento de brazos, adopción de postura rígidas.

La toxina es capaz de eliminar la sudoración excesiva, normalmente se aplica en axilas, planta de los pies y de las manos.

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